La decoración puede verse desde un punto de vista parecido al del arreglo personal. En un principio pareciera no ser primordial para los más escépticos, que solo se fijan en la funcionalidad. Son los colores, las formas, la composición, los detalles y, demás elementos que estimulan ciertas percepciones, por lo que logran alterar la conducta mucho más de lo que parece. Por ejemplo, algo que puede parecer tan simple como las mallorquinas para decoradores, que marcan la diferencia entre la luz y la ventilación de una sala. Los distintos usos que se le den a este elemento, pueden hacer más o menos deseable la estancia en el lugar, dependiendo de lo que se esté buscando.
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